jueves, 26 de agosto de 2010

EN HONOR DE ABRAHAM, MI AMIGO

Recuerdo mi primera charla contigo en la biblioteca del CLOMA, en la que me equivoqué totalmente. Pensaba que eras como los demás, como el 99’99 % de las personas, no podía ni imaginar que estaba ante ese 0’01.
Por ti conozco lo que significa la palabra esfuerzo, sacrificio, trabajo, y tesón.
Nadie ni por asomo se aproximaba a esos límites.
Me hubiera gustado, que cualquier persona, que se cree que no es capaz de hacer algo, hubiera vivido una semana contigo. Se hubiera dado cuenta de lo poco que lucha por las cosas, de lo poco que hace por lo que quiere, de que ya no nos esforzamos por nada, de que echamos la culpa a todo, cuando en realidad es nuestra y de nuestro esfuerzo y trabajo.
Hablábamos de sueños al salir de allí, hablábamos de ilusión, hablábamos de inquietudes, hablábamos de humor. Hablábamos...
Querías amasar un nueva Eva para ti, pero ¿quién quiere hoy a un hombre íntegro, honrado y trabajador? El que es así lo tiene todo en contra.
Me decías que en la vida al menos el 50 % es suerte, y como siempre tenías razón.
Te dedico este escrito que tiene parte de ti. Gracias por todos los momentos vividos.

EL MEJOR (en algo)

Qué solo estás, que triste eres,
quieres ser normal, como los demás,
pero no puede ser, no puedes hacer nada,
para poder cambiarlo.
Sigues y sigues intentándolo,
pero no está en tus manos,
quieres pasar desapercibido,
ser como los demás, pero no puede ser,
te ha tocado a ti…, y solo a ti.
Te explicas una y otra vez
pero nadie te comprende,
es inútil, no pierdas tiempo,
solo tú conoces la diferencia.
Levántate de nuevo, continúa tu camino,
no mires atrás, da vértigo,
nadie ha llegado hasta donde tú,
es un camino virgen, inexplorado,
no hay nadie en esos caminos
con quien hablar, compartir ni comprender.
Te has dado cuenta, de lo solo que estás,
lo sabes de sobra, desde hace tiempo.
Sabes, con que se paga el saber,
sabes muy bien cual es,
el precio de la genialidad,
el que te ha tocado pagar,
no es ni más, ni menos,
que una inmensa soledad.

No hay comentarios:

Publicar un comentario