viernes, 8 de marzo de 2013

Error tras error del presente.

Llevo dándome cuenta de lo equivocado que estoy, de lo que percibo en el presente, desde hace mucho tiempo, y por ende todos nosotros, y de lo poco importante que es estarlo, porque siempre cometemos errores de pensamiento en el presente, pensando que las cosas son como las vemos. Craso error, la prueba de fuego de esto es mirar diez o veinte años antes, toda la realidad ha cambiado, todo lo que eran verdades absolutas, ya no lo son, todo lo que era seguro, ya no lo es, quizás porque han cambiado algunas moléculas en nuestro cuerpo, quizás por una amplitud en la experiencia, pero las cosas ya no tienen el mismo sentido, ni son esa verdad absoluta. Todo ello me hace pensar que en una vida de mil años por ejemplo, las veces que habremos pensado y visto el presente de una manera errónea, son proporcionales a la longevidad. Hoy me ha venido esto a la cabeza a raíz de un profesor de filosofía que tuve en el instituto, ya fallecido, del que tenía unos pensamiento negativos, y hoy hay pocas personas a las que admire más. ¿Cómo se puede estar tan equivocado del presente y no darnos cuenta? Quizás nos tenemos que engañar a nosotros mismos para evolucionar, y cuando nos damos cuenta, no reconocerlo, para no sufrir con nuestros errores. Mi conclusión es que hoy puedo ser, hacer o pensar algo, pero no puedo estar seguro nunca de tener razón objetiva, eso no se puede saber nunca, pero lo llamativo es que no creo que tenga la más mínima importancia, quizá la verdad y la razón esté en el sentimiento del hecho y no en el hecho concreto, y quizá por eso hay que ser condescendiente, ceder , ofrecer, dar, integrar, reconocer, aprender, sumar, amar, y callar, porque no hay otro camino posible mas acertado.