jueves, 18 de agosto de 2016

LA EDAD QUE TENEMOS


Cuando pensamos en alguien, siempre pensamos en su última edad. Parece que sólo es real el último momento de su vida. Si esa persona ha muerto de mayor, cuando pensamos en ella, pensamos que era un anciano. Pero pensándolo mejor , todos los momentos de su existencia son igual de válidos, de reales y verídicos para recordarla, y no sólo eso si no que, quizás sean mejores para nuestro recuerdo, otros como de su juventud, niñez, o madurez. Ademas la gran mayoría de los mayores, no se ven en esa edad, suelen soñar que son jóvenes y que hacen cosas de jóvenes que ahora no pueden hacer. En sus sueños sus cuerpos de ancianos no existen. En su última realidad, solo tienen el cuerpo de anciano. Su mente sigue inmutable. Su mente no tiene edad. Están atrapados en esos cuerpos y no pueden salir. 
Es mejor recordar a las personas en su mejor momento. Como decía Grahanm Greene: "En el fondo de nosotros mismos siempre tenemos la misma edad".