lunes, 18 de septiembre de 2017

¿De qué problemas debo preocuparme?


A lo largo de nuestras vidas, todos tendremos que enfrentarnos a problemas de diversa índole. Tanto de tipo práctico y directo, como más filosóficos. Un ejemplo del primer tipo sería conseguir entrar en casa cuando nos hemos dejado las llaves dentro. Tenemos un problema que necesitamos resolver a “corto plazo”. Un ejemplo del segundo tipo podrían ser las profundas meditaciones sobre el estado económico del mundo, y las consecuencias a  largo plazo que puede tener que sucedan cosas, reflexiones políticas etc.
El primer tipo de problemas es algo que todo el mundo debe resolver a lo largo de su vida. Es inevitable, y es inherente al ser humano. Te enfrentas a “problemas” cada día de tu vida. Muchos tienen soluciones mecánicas (quiero comida —> bajo a comprar comida) y otros no tanto (estoy metido en una hipoteca, y tengo que llegar a final de mes. ¿Qué hago ahora?) pero en general tienen en común que todos tenemos que enfrentarnos a problemas de este tipo, en mayor o menor medida, y que todos tenemos que resolverlos. Además nuestra habilidad para resolver estos problemas está muy directamente relacionada con nuestra calidad de vida.
El segundo tipo está más asociado con la gente inteligente, tiene una aplicación práctica, pero muchas aplicaciones inútiles. La aplicación práctica es ahorrarse la aparición de problemas del primer tipo en tu vida que puedes ahorrar con una buena planificación (p.e, no tendrás el problema de cómo llegar a final de mes y pagar tu hipoteca si no tienes una hipoteca!). Las inútiles, vienen a ser una especie de “masturbación mental” de algunas personas, habitualmente muy inteligentes. Empiezan a pensar en situaciones teóricas muy complejas, y tratan de pensar posibles futuros manejando tantas variables y tanta información incierta que, en realidad, no pueden llegar a ninguna conclusión con un mínimo de certeza. Además, no está en su mano afectar a estos factores, es algo que está completamente fuera de su control, y que miran desde fuera intentando crear teorías. El ejemplo de las preocupaciones económicas a escala global es un claro ejemplo de ello.
La cuestión es que esto es extremadamente divertido para alguien inteligente. Mucho. Creas tus universos paralelos, piensas razones para cosas, y encadenas relaciones causa-efecto sin parar. Es como el ejercicio para alguien en forma: Algo que tu mente agradece. Es como una variante de jugar a un videojuego, solo que además te hace parecer interesante e inteligente. En realidad, es algo divertido y un ejercicio mental saludable mientras no se convierta en una obsesión y altere tu vida.
El problema es que al parecer más profundo, y al emplear relaciones “causa-efecto” y poder crear explicaciones complejísimas para temas multivariable podemos creernos cosas. Podemos pensar que vamos a predecir la siguiente gran crisis (y obviamente, alguna vez acertaremos por casualidad pura, y estaremos ahí para decir “Te lo dije”, o moriremos en el intento). Podemos dedicar nuestra vida a cualquier tema de este estilo, y que nunca tenga aplicaciones prácticas. Y todo es porque sobrevaloramos nuestra capacidad de controlar el futuro. En el fondo, es una forma de no aceptar la varianza y la incapacidad de controlar lo que va a pasar en nuestra vida.
Y esto no es algo que le pase a la gente “poco inteligente”. Rara vez esta gente tiene preocupaciones de este tipo (y viven mejor por ello!). El problema que suelen tener es que tampoco tienen mucha capacidad para ahorrarse problemas inmediatos, y acaban metidos en situaciones complicadas. La gente inteligente si suele saber ahorrarse muchos de estos problemas tomando buenas decisiones de antemano, pero pueden caer en laberintos mentales fabricándose situaciones angustiosas que realmente no existen o no deberían preocuparles.
Al final, hay una cosa que está clara. Somos monos evolucionados (menos de lo que pensamos, por cierto!) y vamos a morir. Vivir lo mejor posible debería ser nuestro principal objetivo porque tampoco podemos aspirar a más: Nos guste o no, la muerte se nos llevará por delante. Preocuparse por la posibilidad de que la banca esté preparando un golpe de estado a nivel mundial creando una moneda única y haciendo fraude a escala global es algo entretenido para hablar con los amigos para echarse unas risas, pero algo que no debería modificar tu vida en absoluto. Está completamente fuera de tu control y no puede ahorrarte un problema futuro (de hecho, si te preocupa demasiado, te crea un problema ahora!). Si quieres estar preparado para el futuro, que es algo completamente incierto, simplemente ten la mente abierta. Alguien listo y con capacidad para hacer cosas diferentes es valioso en cualquier entorno. Cambie lo que cambie en el futuro, la capacidad de aprender y la voluntad de hacer cosas son el mejor activo que puede tener un humano. No necesito conocer el futuro para saber eso. Y si hay una guerra nuclear, hay poco que puedas hacer. ¿Para qué preocuparte? Se feliz mientras estés vivo, y muere justo después.
 La vida real, no tiene reglas bien definidas, no sé si por suerte o por desgracia (diría que por suerte!) las cosas no funcionan de una manera matemática. No sabemos la fiabilidad de la información, y los seres humanos son variables que introducen niveles de aleatoriedad que no podemos conocer con exactitud. Cuantas más fuentes de imprecisión incluyamos en un razonamiento, menos eficientes serán los resultados al final de la cadena. El efecto mariposa ilustra muy bien esta idea.

Por tanto, preocúpate sólo en resolver los problemas que o bien afecten a tu vida de forma directa, o bien puedan ahorrarte problemas en el futuro. El resto, déjalo como hobby y no dejes que dominen tu vida.
(Es una copia de un pensamiento de otra persona)