viernes, 10 de abril de 2009

INFANCIA


Veo un niño, mirando el cielo, las nubes, sus formas,
pensando en el futuro, pensando en el infinito,
tumbado en primavera, mirando al cielo.
¡Solo! ¡Qué grandeza es la ingenuidad!
¡Que grandeza es lo ínfimo, lo minúsculo!
Veo infancia y olor,
veo lágrimas y sensibilidad,
la sensibilidad es un molde muy blando
que te deja unas marcas muy profundas
con la mas mínima impresión.
Veo pueblo y verano, historia y pasado.
El origen no puede ser diferente,
todo ha cambiado por error.
Veo colegio,  infancia y una única perspectiva,
la de la felicidad, la de crecer, la de la ignorancia.
Veo luz, sol, amarillo, parvas
y risas alborotadas de fondo.
Eso y solo eso, es pureza de espíritu.
La incomprensión mata.
¿Cuántos muertos ha habido por incomprensión?
Todos, quizás.
No hay, ni ha habido, ni habrá,
trabajo físico tan destructivo, ni tan demoledor
como la incomprensión, por ello se fue,
en un chasquido de dedos, nuestra infancia.

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