Mamá, mamá, mamá,
te veo la mirada perdida.
Estoy cerca, pero ya no me ves.
Ya no me apretas mi mano con la tuya.
Te digo que te quiero y ya no me oyes.
Te doy comida y ya no la quieres.
Qué tristeza más grande.
El fin está cerca...
No hay nada en el mundo
que pueda hacer para cambiarlo.
Qué frágiles somos y qué impotencia.
No sé si estás en este mundo, o ya no.
Tu espíritu debe estar ya,
con tu padre y con tu madre,
con tu hermano Delfino
y con tu hermana Lola.
Ya te habrás ido a jugar con ellos.
Me dejas solo,
ante los peligros de este mundo.
No sabré hacerlo tan bien como tú.
Sólo lo intentaré. No te prometo nada.
Cuando tenía miedos, sabía que llegaba a casa
y siempre estabas tú para calmarme.
Eras el mástil que siempre aguanta la tempestad.
¿A dónde voy a ir ahora, cuando tenga miedo?
Tengo que aprender a dominarlo,
y a celebrar tu vida.
Que con todas las circunstancias en contra
supiste sacar adelante todo. De la nada.
Allá donde estés. Te Quiero.
Gracias por la vida.
Escrito el 19 mayo 2024 domingo estando tarde en hospital 5 sías antess de fallecer.
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