Llegó el día y la noche a la vez.
Llegó la vida y la muerte a la vez.
Llegaron las dudas y las preguntas.
Llegaron los cielos y los infiernos.
Todos los astros se alinearon,
en la más pura perfección.
Todo mezclado en una poción,
que nadie sabe mezclar tan bien.
El bien y el mal se unieron,
ya no
se distinguen bien.
El yin y el yang, ahora los entiendo.
Son el todo y la nada a la vez.
Es lo que tiene la existencia,
que nadie sabe nada con seguridad.
Todo es una duda eterna,
es la cruel y cruda realidad.
Pero, hay que estar muy tranquilo,
porque sólo hay una cosa clara.
Lo que se hace por amor,
se hace más allá del bien y del mal.